Cada diciembre, mientras los lugares de trabajo se preparan para cerrar con tareas de fin de año, fiestas en la oficina y elecciones cuestionables de suéteres, algo más se agita en el mundo digital. La música navideña llena la radio, las luces decoran las ciudades… y los atacantes comienzan a trabajar en silencio. Porque, mientras la mayoría busca desconectarse, el panorama de amenazas no lo hace. De hecho, el periodo festivo suele ser uno de los más activos.
Es la mezcla perfecta de distracción, reducción de personal y decisiones apresuradas. Por eso esta temporada requiere una vigilancia extrema. Hagamos un recorrido por las principales amenazas cibernéticas de las fiestas y por qué aparecen puntualmente cada año.
Amenaza #1: Fiebre de phishing festivo
Diciembre es la Olimpiada del phishing. Los atacantes saben que la gente está cansada, distraída y apurada por terminar todo antes del descanso. Esa combinación es un regalo para ellos. Solo necesitan envolver un enlace malicioso en un correo con temática navideña y esperar.
Datos de Check Point muestran que las alertas de phishing aumentan un 46 % en diciembre en comparación con el promedio mensual.
Actualizaciones falsas de entrega de paquetes. Confirmaciones de pedidos fraudulentas. Estafas con tarjetas regalo. Falsas campañas benéficas. Invitaciones a fiestas. Facturas de fin de año con urgencia sospechosa.
Cada diciembre, hay organizaciones que deben lidiar con incidentes que comenzaron con un simple correo estacional que alguien abrió sin pensar. La alegría navideña no llega al buzón de entrada.
Mientras el personal disfruta de sus vacaciones, los atacantes disfrutan del silencio. Los equipos de seguridad se reducen. Los SOC operan con menos analistas. Los tiempos de respuesta se alargan. Las alertas se acumulan.
Una intrusión en Nochebuena puede escalar hasta convertirse en ransomware para Año Nuevo sin que nadie lo note.
Por eso los periodos festivos requieren una monitorización que no duerma: la automatización, la planificación de cobertura y las rutas de escalamiento correctas son más importantes que nunca.
Los atacantes no se toman vacaciones. La visibilidad tampoco debería.
El fin de año es cuando los errores de configuración olvidados salen a la luz: buckets de almacenamiento sin protección, puertos expuestos, políticas de acceso demasiado permisivas, entornos de prueba olvidados.
Las configuraciones incorrectas permanecen ocultas hasta que alguien las encuentra. Y en diciembre, los atacantes buscan más porque las defensas pueden debilitarse.
A menudo vemos brechas festivas originadas por errores cometidos meses antes. La desaceleración navideña simplemente les da a los atacantes un tiro más fácil.
Para los grupos de ransomware, las fiestas son la temporada del premio gordo. Darktrace descubrió que, a nivel global, los intentos de ataque de ransomware aumentan en promedio un 30 % durante el periodo festivo en comparación con la tasa mensual típica.
Saben que el personal es escaso, los SOC están saturados y nadie quiere estar de guardia entre Navidad y Año Nuevo.
Si obtienen acceso inicial a principios de diciembre, esperan pacientemente a que la oficina se vacíe y luego comienzan a cifrar.
Los eventos de ransomware en Navidad suelen ser devastadores porque no hay nadie para intervenir. Cuando el personal regresa en enero, el daño ya está hecho.
Diciembre es la temporada de los atajos. La gente corre para cumplir plazos y vaciar su lista de tareas.
Y es entonces cuando se cuelan decisiones arriesgadas:
Proveedores estacionales, sistemas temporales y nuevas integraciones aparecen a menudo en diciembre. Muchos se incorporan rápido. Demasiado rápido.
Una intrusión a través de un proveedor menor puede escalar rápidamente cuando la monitorización es escasa y los equipos están sobrecargados.
La temporada navideña puede ser la favorita de los atacantes, pero las organizaciones no tienen que entrar en diciembre desprevenidas. Integrity360 ofrece una gama de servicios diseñados para fortalecer la resiliencia cuando más importa:
El periodo festivo siempre atraerá a atacantes oportunistas. Pero con la preparación adecuada, visibilidad y soporte, las organizaciones pueden disfrutar de un diciembre tranquilo y sin incidentes.
Con una buena higiene cibernética y la experiencia adecuada a tu lado, lo único que iluminará tus fiestas serán las decoraciones, no las alertas de seguridad.
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