El Black Friday se ha convertido en uno de los momentos más importantes del calendario del comercio minorista. Las transacciones en línea aumentan de forma vertiginosa, con volúmenes de ventas que se disparan entre el Black Friday y el Cyber Monday. Para los minoristas, es el periodo más rentable del año — pero también el más atractivo para los ciberdelincuentes.

La naturaleza de las estafas en línea ha cambiado. Los días de los intentos de phishing torpes y llenos de errores ortográficos están quedando atrás. Hoy en día, los ciberdelincuentes aprovechan herramientas de inteligencia artificial fácilmente accesibles para crear sitios web, correos electrónicos y mensajes falsos con un aspecto profesional y convincente. ¿El resultado? Cada vez es más difícil distinguir entre una oferta auténtica y una trampa bien elaborada.

Ya no basta con fijarse en la gramática. Las estafas modernas imitan a la perfección a los minoristas legítimos, utilizando marcas pulidas y un lenguaje persuasivo para engañar tanto a los consumidores como a los empleados.

Una tormenta perfecta para el cibercrimen

La presión de las ventas masivas, combinada con la urgencia de procesar transacciones rápidamente, crea el entorno ideal para los ataques de phishing. Los delincuentes apuntan tanto a los clientes como a los minoristas directamente — desde facturas falsas de proveedores y solicitudes de reembolso fraudulentas hasta correos electrónicos falsificados que parecen autorizar pagos urgentes.

La inteligencia artificial ha hecho que estas estafas sean aún más peligrosas. Los atacantes pueden imitar el tono de voz de una empresa, copiar el diseño de su sitio web y crear mensajes personalizados a gran escala. Estas campañas generadas por IA son altamente convincentes y pueden engañar incluso al personal más experimentado.

 

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El coste de un solo clic equivocado

El impacto de un ataque de phishing va mucho más allá de un simple buzón comprometido. Para las empresas, las consecuencias pueden incluir transacciones fraudulentas, infecciones de ransomware y pérdidas de ingresos debido a la interrupción de los sistemas durante el periodo de ventas más importante del año.

El phishing sigue siendo una de las principales puertas de entrada para el ransomware. Cuando un ataque paraliza los sistemas, la confianza de los clientes se ve afectada — incluso si la empresa no fue directamente violada. Los consumidores asocian la estafa con la marca, y reconstruir esa confianza puede llevar años.

También existe un coste humano. El estrés tras un incidente suele provocar un aumento en la rotación de personal, dañando la moral y la resiliencia a largo plazo. Además, en caso de una filtración de datos, los requisitos regulatorios, como notificar a las autoridades competentes y a los clientes afectados, pueden aumentar la presión.

Cómo construir resiliencia cibernética en el comercio minorista

La verdadera resiliencia cibernética se construye mucho antes de que comiencen las ventas. Una defensa sólida combina personas, procesos y tecnología en igual medida.

En el ámbito tecnológico, los minoristas deben asegurarse de que sus sistemas de seguridad del correo electrónico estén correctamente configurados y de que existan medidas de protección de dominio para evitar ataques de suplantación. Los cortafuegos deben revisarse y mantenerse actualizados regularmente para bloquear eficazmente el tráfico malicioso.

Las personas son la última línea de defensa. La formación continua en concienciación es esencial — especialmente antes de los periodos de mayor actividad comercial. Simular campañas de phishing puede ayudar al personal a reconocer amenazas como solicitudes falsas de reembolso o pedidos urgentes. Por último, todo minorista debe tener un plan de respuesta ante incidentes bien ensayado, de modo que el equipo sepa exactamente cómo actuar si ocurre una brecha.

 

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Cinco formas de comprar con seguridad este Black Friday

Un poco más de precaución puede marcar la diferencia.

  1. Sé escéptico ante ofertas increíbles. Si un precio parece demasiado bueno para ser cierto, probablemente lo sea.
  2. Accede directamente al sitio web del minorista. No hagas clic en enlaces de correos electrónicos o anuncios en redes sociales — escribe la dirección directamente en tu navegador.
  3. Utiliza métodos de pago seguros. Nunca compartas contraseñas ni códigos de un solo uso (OTP), y evita comprar usando redes Wi-Fi públicas.
  4. Protege tu información personal. Los minoristas legítimos no necesitan tu número de identificación ni tu fecha de nacimiento para procesar una compra.
  5. Mantén tus dispositivos actualizados. Las actualizaciones de seguridad y los antivirus corrigen vulnerabilidades que los estafadores suelen aprovechar.

 

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Los grandes eventos de compras como el Black Friday siempre atraerán a los ciberdelincuentes. Pero con las defensas adecuadas y una buena dosis de precaución, tanto los minoristas como los consumidores pueden disfrutar de las ofertas sin caer en el fraude.